
Quiso la casualidad (hablar de fortuna con esta temática sería incorrecto) que nuestra ANDAINA CULTURAL 5X8=40 en Cabo Vilán coincidiese con los actos de homenaje a los 129 años de la tragedia del Serpent.
Con tal motivo decidimos ampliar las propuestas a todo el día del sábado. Visto la buena respuesta y el mejor resultado, es algo que desde este momento quedó instaurado como fijo para posteriores “andainas”. Pero bueno, vamos por turnos para poder recordar esta interesante jornada.
Nuestro objetivo era el faro de Cabo Vilán, seguramente el más impresionante de los faros gallegos, situado en Camariñas, un hermoso puerto pesquero de A Costa da Morte.
Comenzamos la jornada de mañana a una hora avanzada, para no hacer madrugar en exceso a los que venían desde más lejos.
Nos concentramos a las 12h frente a La Conservería, el museo de Conservas Cerdeimar, fabricante de las reconocidas marcas Boya y 1.884. Allí nos aguardaba Andrea Rodríguez, quien tuvo la amabilidad de mostrarnos las antiguas maquinas de producción (enlatadoras, cortadoras…) y después nos llevó de paseo por el interior de la fábrica, explicándonos con todo detalle cómo es el proceso productivo de esta centenaria marca. Recordemos que 1.884 es el nombre de su línea de productos de mayor calidad y también es el año de fundación de la empresa. 135 años produciendo excelentes productos desde Camariñas, ¡casi nada!
Como final de este primer acto, pudimos comprar unas cuantas latas: el mejor souvenir de Galicia, sin lugar a dudas.
Tras la interesante visita a la fábrica, nos acercamos hasta el puerto para encontrarnos con una persona muy especial.
Junto a la oficina de turismo nos esperaba Yaqui Lista, diminutivo de Jaqueline. Yaqui es pescadora, mariscadora, guía… y una auténtica showoman!
Con una simpatía y un entusiasmo a prueba de bomba nos fue contando cómo, pese a la inicial oposición de su padre, logró dedicarse al mar, que es lo que realmente llena su vida. De ella hemos dicho que corre agua de mar por sus venas, y no exageramos. Pasamos un rato muy divertido mientras nos contaba todos los aspectos de su trabajo, salpicados con una infinidad de anécdotas. Hasta llegó a interpretarnos la canción “Camariñas” como despedida. Nunca nos vamos a olvidar de Yaqui.
Se nos había hecho un poco tarde (la conversación de nuestra última anfitriona había sido muy entretenida), pero aún tuvimos tiempo de comer (mejor que bien) para prepararnos para la jornada de tarde. Recomendamos siempre a nuestros acompañantes que revisen las propuestas de restauración de nuestra web (www.rutadosfaros.gal), para poder ir sobre seguro.
A las 16h llegábamos al estremecedor Cabo Vilán para reunirnos con el resto de los “andantes”. El faro de Cabo Vilán es una unidad de grandes dimensiones y potencia. El peligro de la costa y la abundante navegación hizo que fuese el primero de España ser dotado de luz eléctrica. La localización es espectacular, en un cabo que parece zambullirse por tramos en el mar. Hermoso desde cualquier punto de vista, es el objetivo de centenares de fotografías cada día, y también de infinidad de oleos y acuarelas. Si además el tiempo está revuelto, se convierte en un espectáculo sobrecogedor. En pocos lugares vas a sentir la fuerza del mar como aquí. Valga la anécdota (o no tan anécdota) de que el día de Reyes de 2014 una ola de 27,81 metros batió el récord de mayor ola registrada en España… y a eso hay que añadir el sonido. Hay que venir a vivirlo.
Hasta hace pocos días, el faro contaba con una farera. Se ha jubilado, pero en el interior un pequeño centro de interpretación nos la recuerda, pues está formado por las piezas que ella fue conservando durante años. Un recuerdo para Cristina Fernández y un agradecimiento por su labor. En ese pequeño museo recibimos la visita del historiador Rafael Lema. Él fue el encargado de darnos una pequeña charla sobre los naufragios que han dado nombre a esta tierra.
Especialmente destacado, por la repercusión internacional que tuvo, fue el del buque escuela inglés “Serpent”. De sus 175 tripulantes solamente se salvaron tres, en una noche que tiñó de luto Inglaterra y que causó un enorme impacto a nivel mundial, siendo también el motivo para la construcción del faro nuevo de Cabo Vilán en 1.896. Como ya comentamos, en esta misma jornada se celebra un homenaje. Asistiremos, pero ahora es el momento de ponernos en marcha.
Vamos a recorrer los 5 km que dan nombre a nuestras “andainas” (5×8=40, 5 kilómetros, en 8 localizaciones, para 40 personas). Acercamos los vehículos al punto de partida en el que sin duda es uno de los tramos costeros más bellos de Europa. Subiríamos pequeñas lomas en las que destacaban las formas caprichosas que las rocas (de sorprendente color rojizo) han adquirido obra de la lluvia y del viento. Fue un delicioso paseo.
A mitad del camino nos esperaba “el Cementerio de los Ingleses”, un recinto tan sencillo como solemne, creado para recordar la memoria de aquellos desafortunados marinos. Un lugar que llama a guardar un silencio que solo rompe la fuerza del mar. Al fondo podemos disfrutar de otra maravilla natural: la duna ascendente o duna rampante.
El viento hace que una duna ascienda monte arriba hasta una altura de 150 metros, superando por tanto a la gigantesca duna francesa de Pilat. La duna ascendente tiene algo de ser vivo, es un ecosistema delicado que debemos preservar. A sus lados las plantas de Camariñas nos recuerdan dónde estamos.
Regresamos a la senda costera para iniciar nuestro camino de vuelta. A lo lejos, cumpliendo nuestros deseos, la luz del faro se enciende para alumbrarnos el regreso. Una imagen bellísima.
Esta vez no terminó aquí la jornada. Regresamos al Cementerio de los Ingleses para asistir a una representación teatral con la que se recuerda aquel terrible suceso de hace 129 años. Con una estudiada iluminación, los actores y las actrices nos mostraron distintos puntos de vista de la tragedia: las mujeres que esperaban en casa, los muertos, los que sobrevivieron.
Fue el broche perfecto para una jornada que, además de entretenernos, ha sido una soberana lección de historia. Muchas gracias a todos por venir. ¡Nos seguiremos viendo en los faros!