La pasión nos lleva a imaginar, a descubrir. La pasión nos hace valientes, nos impulsa hacia delante. Esto sucede en el nuevo restaurante Km. 0 MarGalaica del que vamos a hablar hoy. Nos vamos hasta un destino singular: hasta Fisterra. ¿Nos acompañas?
Imaginemos que los que te gusta son los fogones y el submarinismo. Imaginemos que resides en una zona donde los productos del mar son extraordinarios. Imaginemos finalmente que ante tu costa han naufragado barcos durante siglos, formando increíbles pecios.
Pues no es imaginación, es la vida de Gonzalo Insua y Alicia Carrillo.
Un buen día nuestros protagonistas recibieron información sobre las ayudas de los fondos europeos gestionados por el GALP Costa Sostible… y lo demás ya es historia.
Su restaurante fue bautizado con el nombre de una corbeta francesa hundida en Fisterra en 1803. Pero no se limitaron al nombre: las instalaciones recrean el interior de esa corbeta y los ojos de pez nos muestran escenas de ese mundo submarino, que en Fisterra alcanza gran protagonismo gracias a un fondo arenoso y a la claridad de las aguas.
Vamos ahora con la parte gastronómica. ¿Cómo crees que va a resultar? Pues eso: pasional. Productos con fuerte sabor. El pulpo es esencial en la cocina de la Bayonnaise. Y como aquí se trabaja con productos de cercanía, el pulpo de lonja es fundamental.
Claro está que no se pueden limitar a presentarlo en las versiones tradicionales “a feira” o a la gallega. No, no, esto rompería todo nuestro argumento y afortunadamente, eso no sucede. Ven a probar su cazuela de pulpo con langostinos, ven a descubrir la pizza de pulpo. Ven a ver como las increíbles algas se están adueñando del menú: callos a los que la wakame le aporta la hidratación del mar, lasagna con lechuga de mar o churrasco con kombú.
Otro gran apartado del menú está dedicado a sorprender con productos de menor abolengo. Un sentido de sostenibilidad y de valorar lo propio, también les ha llevado a perfeccionar preparaciones de platos de origen más humilde. Pescado azules como la caballa y el jurel, u otras especies habituales por estos mares como la raya y el melgacho ascienden en su peculiar escalafón social para convertirse en eso que ahora se denomina experiencia gastronómica y que siempre ha consistido en comer bien y a gusto.
Resumiendo, te recomendamos que busques en la carta el símbolo de Km.0 y que te dejes llevar, como si fuesen las olas del mar las que te meciesen de plato en plato.
Disfrutarás.
La Bayonnaise tuvo un triste final, su tripulación la embarrancó y le prendió fuego para evitar que cayese en manos inglesas. Pero después de haber comido en varias ocasiones aquí, estamos seguros de que al restaurante le espera un futuro muchísimo más venturoso.
La Bayonnaise 1803 está en la rúa Pasadoiros, 2. Fisterra. www.labayonnaise.com