Todos hemos dicho esa frase alguna vez. Seguro. Ya sabemos lo que sucede, en ocasiones el cuerpo no está para sofisticaciones. Ni para productos exclusivos. A veces te apetece comer lo que te pondría tu madre o tu abuela. El pescado que ese día abunda en la plaza y que está en su mejor momento. Unos tomatitos con sabor. Un entrante con chispa. Y un pan bien rico para mojar en la salsa.
Cocina de casa. Así es Xouba, un honesto establecimiento situado en un cruce de la parroquia de Lira, en el hermoso Concello de Carnota www.carnota.gal.
Te acercas un fin de semana cualquiera y descubres que el comedor está lleno. No has reservado y encuentras una mesa libre por los pelos. Ya ves, no eres el único al que hoy la ha apetecido comida casera… En estos días frescos de invierno, la cocina tradicional vive sus mejores momentos. Seguramente es el frío el que nos hace recordar otros tiempos.
De entrada, nos gusta la decoración del local. Piezas relacionadas con la pesca y la navegación llenan las paredes principales. Pero no son las piezas habituales que te sueles encontrar en restaurantes de estilo marinero. Son unos elementos realmente curiosos, a los que el tiempo ha cubierto con una pátina de verdad. Lo mismo que sucede con las viandas.
Unas líneas atrás lo hemos definido como un establecimiento honesto. En Xouva vas a comer productos kilómetro cero y también minuto cero. Productos de cercanía y en su mejor momento. Algo tan simple, tan sencillo, y que sin embargo en otras latitudes es muy difícil de conseguir.
Tras unos adecuados entrantes, te recomendaríamos una de sus brochetas; hemos optado por la de pulpo y langostinos. Excelente, muy sabrosa y con un sabor muy natural.
Después vienen lo bueno: rapantes. Seamos sinceros ¿dónde puedes tomar un par de rapantes tan espléndidos? Porque este pescado, como sucede con la faneca o con la castañeta, no es un habitual de mesas de restaurantes, pero sí de cuando regresas a la casa familiar y allí te lo sirven con todo cariño.
Lo has adivinado, ¿verdad? Lo sabíamos… Pues es cierto, aquí también te lo van a servir con todo el cariño y, por cierto, también con mucha simpatía. Vas una primera vez y te sientes como en casa. Porque Xouba es uno de esos locales de siempre, un local que parece que te traslada a la infancia.
Mientras terminamos el plato, pensamos que hemos encontrado nuestro “rosedud” en un rapante. Muchas gracias a todas las chicas de Xouba, habéis ganado otro cliente fiel.